LOS FACTORES Y CONDICIONAMIENTOS SOCIOCULTURALES DE LA EDUCACIÓN





El carácter social de la educación no sólo depende de la voluntad o iniciativa de los educadores, sino sobre todo de un cúmulo de circunstancias sociales que son las que realmente la promueven o la impiden, determinando así su modalidad, cantidad y eficacia.
Entre los factores sociales que condicionan la educación cabe destacar:
a) Los referidos al ámbito en el que se desarrolla el individuo, como son la familia a la que pertenece, el tipo de hábitat y ecología (ambiente rural o urbano, por ejemplo), y la clase social en la que ha nacido.
b) Hay además otros factores globales, igualmente decisivos y condicionantes. Entre ellos podemos mencionar el desarrollo del país, las inversiones realizadas por éste en educación, la cantidad y calidad de medios pedagógicos puestos en circulación, el nivel cultural, la demanda social de educación e, incluso, el
interés político que ofrece la escuela en un momento dado.
De todo ello corrobora la idea de que la educación, lejos de ser una función humana autónoma y personal, constituye una realidad social, que se mueve, igual que otras funciones sociales, por la dirección que ha tomado la vida global colectiva, siendo una pieza más en el engranaje social.
Disminuir las diferencias sociales
Fernández Enguita, M.
"La escuela es una institución que gestiona colectivos más que individuos, y los alumnos aprenden en ella a comportarse como miembros de aquéllos porque así es como la sociedad espera de ellos que se comporten el día de mañana. Esto no debe entenderse en el sentido de que la escuela estimule la actividad colectiva espontánea o autoorganizada, pues lo que hace es justamente lo contrario. Aceptar ser tratado como miembro de un colectivo o agregado, o ser subsumido dentro de una categoría universalista, significa, por ejemplo, asumir que se tiene que pagar el mismo dinero por viajar en el autobús si se ese rico que si se es pobre, que robar es robar lo mismo si es por hambre o por ambición, etc."
Fernández Enguita, M. (1997). La escuela a examen. Madrid: Pirámide.
Los contenidos de la enseñanza
Savater, F.
"Aunque a lo largo de su historia se dieron distintos modos de paideia (ideal educativo griego), según las ciudades-Estado o polis y las épocas, se les puede atribuir en el momento tardío del helenismo la inauguración de una distinción binaria de funciones que en cierto modo colea todavía entre nosotros: la que separa la educación propiamente dicha por un lado y la instrucción por otro. Cada una de las dos eras ejercidas por una figura docente específica, la del pedagogo y la del maestro. El pedagogo era un fámulo que pertenecía al ámbito interno del hogar y que convivía con los niños o adolescentes, instruyéndoles en los valores de la ciudad, formando su carácter y velando por el desarrollo de su integridad moral. En cambio, el maestro era un colaborador externo a la familia y se encargaba de enseñar a los niños una serie de conocimientos instrumentales, como la lectura, la escritura y la aritmética. El pedagogo era un educador y su tarea se consideraba de primor-dial interés, mientras que el maestro era un simple instructor y su papel estaba valorado como secundario. Y es que los griegos distinguían la vida activa, que era la que llevaban los ciudadanos libres en las polis cuando se dedicaban a la legislación y al debate político, de la vida productiva, propia de labriegos, artesanos y otros siervos: la educación brindada por el pedagogo era imprescindible para destacar en la primera, mientras que las instrucciones del maestro se orientaban más bien a facilitar o dirigir la segunda."
Savater, F. (1999). El valor de educar. Barcelona: Ariel.
La educación para todos
"Retomando la consigna de la Declaración universal (los derechos del hombre que remarcaba el derecho a la educación que tienen todas las personas, entre el 5 y el 9 de marzo de 1990, en Jomtiem, Reino de Tailandia se celebró la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos. Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje, convocada y patrocinada por los directores ejecutivos de la UNESCO, UNICEF, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y, el Banco Mundial. Congregó a 1500 participantes de 155 países, 160 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales y medios de comunicación.
Como introducción a dicho evento los representantes oficiales de cada uno de los organismos reconocieron que en el mundo persisten ciertas realidades tales como:
·         Más de 100 millones de niños y niñas, de los cuales 60 por lo menos son niñas, no tienen acceso a la enseñanza primaria;
·         Más de 960 millones de adultos dos tercios de ellos mujeres son analfabetos, y el analfabetismo funcional es un problema importante en todos los países, tanto industrializados como en desarrollo;
·         Más de la tercera parte de los adultos del mundo carecen de acceso al conocimiento impreso y a las nuevas capacidades y tecnologías que podrían mejorar la calidad de su vida y ayudarles a dar forma v adaptarse a los cambios sociales y culturales.
·         Más de 100 millones de niños e innumerables adultos no consiguen completar el cielo de educación básica; y hay millones que, aun completándolo, no logran adquirir conocimientos v capacidades esenciales;
·         El mundo tiene que hacer frente a los problemas pavorosos: el aumento de la deuda de muchos países, la amenaza de estancamiento y decadencia económica, el rápido incremento de la población, las diferencias económicas creciente entre las naciones y dentro de ellas, la guerra, la violencia criminal, la degradación general del medio ambiente."
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos. Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje. Jomtiem, Tailandia, 5 y 9 de marzo 1990.
Los factores económicos, sociales y urbano sn condicionamientos en la educación
Está claro que la capacidad personal es un elemento capital que condiciona el rendimiento académico, pero el estudio elaborado por la Xunta detecta una clara relación también entre el nivel de conocimiento obtenido y el entorno social, económico y cultural que rodea al alumno. Hasta hay diferencias entre vivir en una ciudad o no. Y el efecto es el mismo para las dos etapas educativas.
Así, el informe revela que los niños que sacan mejor nota se mueven en familias cuyos padres tienen un buen trabajo, un alto nivel de estudios, libros en casa o les ayudan a realizar las tareas escolares. Para una puntuación media de 500 para el conjunto de los estudiantes, el informe sostiene que los jóvenes de Primaria y de Secundaria sacan hasta 57 y 72 puntos más, respectivamente, que los alumnos que viven en un entorno socioeconómico y cultura más bajo.
La evaluación realizada por la Xunta también encuentra una relación directa entre los estudiantes que mejor competencia académica adquieren y el nivel de estudios de sus padres, el hecho de disponer de libros en casa, la frecuencia con que son usados en el ámbito familiar y la edad de escolarización.
Y finalmente hay otro factor territorial que también deja su impronta. Hay bastante diferencia, tanto en Primaria como en Secundaria, entre los alumnos que estudian en localidades de más de 50.000 habitantes y los otros. Los que viven en las ciudades, por lo general, obtienen mejor puntuación en las pruebas de competencia académica que el resto, pudiendo llegar la diferencia a los 36 puntos."Su puntuación es mayor que la media del alumnado que estudia en localidades más pequeñas", concluye el informe de Educación.




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