FACTORES Y LAS CONDICIONES QUE DETERMINAN EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO


FACTORES Y LAS CONDICIONES QUE DETERMINAN EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO


FACTORES
·         Buen ambiente climático.
·         Tener bases de conocimientos sobre determinado tema.
·         Condiciones económicas para poder trabajar bien.
En relación a los factores socioculturales y socioeconómicos La subnutrición, la deficiencia en las condiciones sanitarias, carencia de motivación y oportunidades de acceso a la acción cultural, etc., predisponen al niño a la deserción escolar temprana o al fracaso escolar, en tanto el ingreso a la escuela se hace en condiciones (por ejemplo de inmadurez de la funciones psicológicas básicas por falta de estimulación temprana y continua) muy disminuidas respecto a otros niños que provienen de ambientes más favorecidos.
Los factores psicológicos que se encuentran a la base del aprendizaje, se refieren principalmente a los siguientes aspectos:
·         El nivel intelectual.
·         La madurez de las funciones básicas (procesos cognitivos, psicomotrices y del lenguaje centrales para el aprendizaje escolar).
·         El desarrollo y la adaptación emocional y social que los niños van logrando en relación a su medio ambiente1. Variables específicas de importancia que surgen aquí son la autoestima, el auto concepto académico y el desarrollo de habilidades sociales.
CONDICIONES
·         Poner atención a una sola cosa.
·         Realimentación de temas no captados bien para poder comprender mejor.
·         Saber dónde buscar bien la información que uno va entregar.
·         Saber expresa lo que sabes.
·         Saber decir cuando te equivocas porque el que no se equivoca no aprende.





Existen muchas profesiones en las que el nivel de estrés y de tensión entre sus trabajadores es elevado y muy frecuente, pero es la profesión docente la que, según varios autores, se considera como una de las más estresantes. Desde hace más de veinte años venimos arrastrando una crisis en la historia de la educación (Esteve, Franco y Vera, 1995) donde la evolución del cambio social ha sido un factor primordial para su continuidad. La insuficiencia de los salarios junto con la baja consideración social ha determinado esta crisis del profesorado. En palabras de estos autores “todavía hace algunos años, la sociedad estimaba en los profesores su saber, su abnegación y su vocación. Hoy se tiende a valorar las profesiones, exclusivamente, por su nivel de ingresos”. Según Abril (2017) la profesión docente es una de las peores pagadas que existen, pero, a la vez, es una de las más preciosas. En aquellos tiempos, esta profesión era muy respetada y considerada un referente para la mayoría de los ciudadanos, algo que ha quedado muy atrás. Ahora los docentes se inundan de desconfianza por su entorno, encontrándose envueltos en medio de frustraciones, fracasos sociales y administrativos de los que no obtienen respuestas. “Cada día se les exige más […] sin ni siquiera enterarnos de la terrible soledad con la que conviven”. Marcelo (2001) sostiene que “ser profesor hoy en día en la mayoría de los países es una actividad en gran medida heroica, caracterizada por la abnegación, el compromiso, la insuficiencia de recursos didácticos, un bajísimo salario y a menudo la inseguridad incluso física”. Además, afirma que esta profesión ha ido arrastrando a lo largo de los años un “déficit de consideración social”. Prestando atención a Otero (2012), podemos atribuir la profunda transformación que ha sufrido el mundo que rodea a los docentes a ciertos aspectos como: la falta de apoyo al profesor desde distintos sectores, la dejadez de los hijos por parte de algunas familias de las responsabilidades en la educación, el aumento de las críticas y el cuestionamiento de la labor docente, la amplia diversidad cultural de los alumnos, la devaluación de la imagen del enseñante al que se le culpabiliza de los problemas del sistema educativo, el bajo grado de motivación del alumno a la hora de estudiar, los continuos cambios en los contenidos curriculares y en las relaciones profesor-alumno, el ascenso de la 2 conflictividad dentro y fuera de las aulas y el aumento de la sobrecarga laboral sobre el profesor. En esta línea, Marchesi (2007) afirma que las tensiones que vive el sistema educativo en la actualidad son reflejo de las transformaciones sociales y de las nuevas exigencias que se plantean para la formación de las próximas generaciones y sostiene, además, que el ejercicio de la actividad docente se está viendo afectada por algunos aspectos que predominan en la sociedad del siglo XXI, en las que resalta, por encima de todos los cambios sociales, la extensión imparable de la sociedad de la información y la configuración de una sociedad multicultural, pues suponen un importante impacto en la acción educadora. Pumares (2010) razona en un nuevo estilo docente que sea capaz de adaptarse a las demandas de la nueva escuela, esa escuela que exige esta sociedad que tan rápido avanza y que tan grandes cambios produce. “Necesitamos un nuevo estilo docente competente, entusiasta y sensible, una escuela transformada y transformadora”. Los profesores, entonces, tienen que ser capaces de adaptarse a los continuos cambios que la sociedad experimenta y llevar el ritmo en que ellos se producen. Para dar respuesta a estas demandas, apunta Marcelo (2001), que “seguimos confiando en un cuerpo docente al que se le exige sin rubor habilidades, competencias y compromisos cada vez más complejos sin las consiguientes contraprestaciones de formación, motivación o salario”. Como ya afirmó Abril (2017) “al profesor se le exige más”, teniendo como resultado a muchos profesores sumergidos en un camino sin salida y en el que se encuentran “en una fase de desencanto, de desconcierto, con un sentimiento de persecución, de juicio social contra su labor, manifestando su deseo de abandonar la docencia” (Otero, 2012). Uno de los principales factores de esa fase de desencanto y desconcierto puede encontrarse en el trabajo sobrecargado del docente, pues este se ve obligado a asumir diferentes tareas que no le corresponden, haciendo que el objetivo de un sistema educativo de calidad se vea mermado por esta “fragmentación” de actividades. Además de las clases, deben empeñarse en labores de administración; reservar tiempo para programar, evaluar, reciclarse, investigar en el aula, orientar a los alumnos y atender a las visitas de sus padres; organizar actividades extraescolares, asistir a 3 claustros, variadas reuniones de coordinación entre seminarios, ciclos y niveles; quizá vigilar edificios y materiales, recreos y comedores. (Esteve et al., 1995). Así, Marcelo (2001) nos habla de la capacidad de liderazgo de los profesores, que se considera un importante elemento para poder dar respuesta a los actuales desafíos de los centros de primaria, es decir, ser líder es necesario para hacer que esta profesión avance y no se estanque en el pasado, es la necesidad de innovar y progresar, de seguir aprendiendo y, no en vano, de la responsabilidad de cumplir como profesional. Asimismo, este autor también apunta a una “redefinición del trabajo del profesor”, así como de su profesión, formación y desarrollo profesional. Los roles han cambiado bastante, desde que los docentes se empapaban en un currículum lleno de contenidos académicos y el alumno solo percibía el conocimiento a través del profesor, hasta que el docente ha tenido que convivir con un alumnado nutrido de información proveniente de la televisión, ordenadores e internet, radio… y en la que el mero hecho de transmitir conocimientos ha quedado obsoleto, pues ahora se trata de rebatirlos, construyendo un aprendizaje a partir de lo que pasa en el mundo que les rodea. Teniendo en cuenta estos antecedentes y el interés que suscita para el ejercicio de la futura profesión como pedagogo , se presenta este trabajo bajo la modalidad de investigación  identificando los factores que condicionan y a condicionantes en la educación.
En todo trabajo existen factores que afectan, de una manera u otra, el ejercicio profesional. En el caso de la docencia, nos encontramos con algunos de ellos que hacen referencia al ámbito emocional.
·         Las relaciones con los compañeros, la dirección, los padres de los alumnos y el sistema educativo: en las escuelas concertadas hay menos problemas con los compañeros, pero más con las familias.
·         La descompensación entre el esfuerzo de enseñar hoy día y los resultados: son las mujeres las que tienden a sentirse más interferidas por los problemas del alumnado y las que se desmoralizan más por ese abismo entre esfuerzo y resultados. En tal caso, son los profesores de primaria los que sienten más los problemas de sus escolares.
·         La falta de reconocimiento por parte de la sociedad y la Administración y la falta de incentivos para promocionarse: el principal factor desmoralizador en la enseñanza pública es el poco reconocimiento por parte de la Administración, mientras que en la escuela concertada el factor primordial es la remuneración económica. En cuanto a la falta de oportunidades de promoción son los hombres los que más se desmotivan.
Síntomas que se dan en el entorno educativo
·         Síntomas emocionales: como la depresión, indefensión, ansiedad, apatía, desilusión, pesimismo, menos tolerancia hacia los demás, desesperanza o la eliminación de sentimientos.
·         Síntomas cognitivos: como la distracción, la pérdida de valores y de significado, desaparición de expectativas, nula creatividad o cinismo.
·         Síntomas conductuales: como el absentismo, la evitación de responsabilidades y de decisiones, conductas no apropiadas, desorganización o el aumento del uso de cafeína, drogas, tabaco y alcohol.
·         Síntomas sociales: como el aislamiento y evitación de contactos, malhumor familiar y conflictos interpersonales o la evitación profesional.
Desafíos en el ejercicio profesional docente
La gestión del estrés y la ansiedad
Las tasas de alumnos/as por aula
La innovación en la enseñanza
La planificación del trabajo
El aumento del acoso escolar
·         Los recursos materiales disponibles: aulas de clase, aulas de recursos, biblioteca, laboratorios, patio, instalaciones deportivas, mobiliario, recursos educativos.
·         Los recursos humanos: nivel científico y didáctico del profesorado, experiencia y actitudes del personal en general, capacidad de trabajar en equipo, ratios alumnos/profesor, tiempo de dedicación... Los servicios y las actuaciones que realizan las personas son los que determinan la calidad de toda organización. En este sentido es muy importante su participación y compromiso.
·         La dirección y gestión administrativa y académica del centro: labor directiva, organización, funcionamiento de los servicios, relaciones humanas, coordinación y control.
·         Aspectos pedagógicos: PEC (proyecto educativo de centro), PCC (proyecto curricular de centro), evaluación inicial de los alumnos, adecuación de los objetivos y los contenidos, tratamiento de la diversidad, metodología didáctica, utilización de los recursos educativos, evaluación, tutorías, logro de los objetivos previstos





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